sábado, 16 de marzo de 2013

Tarde eterna de otoño


Olivos que no terminan
ni por abajo ni por arriba,
rios que se ensanchan como la mar
y dichosos! Llegan a abrazarse a todas las orillas.

El cielo exhala con fuerza
y me trae con el viento, su aliento,
llevando hojas secas que con un último desaliento
se arrastran y me mueren por la tierra.

*** 

- Se está terminando el día - me dijo la tarde cayendo rápida la noche
Pero me escapé y seguí caminando entre los olivos,
persiguiendo al sol del ocaso
por el campo andaluz.

Me preguntaba si podría engañar a la noche
y caminar por el campo hasta donde se termine la tierra
para eternar y vivir hasta la muerte
en esta tarde cálida y madura de otoño.

(Parra)



(Olivos de Van gogh)


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