Fue un escritor sin éxito. Su obra más famosa fue Delirium Tremens.
Anduvo casi siempre borracho y cantó así a la embriaguez:
Es preciso estar siempre bajo el peso
de una embriaguez inmensa.
Para que no sintáis el fardo horrible
del tiempo que os lacera
los hombros y que inclina
vuestra sombra hacia la tierra,
debéis embriagaros sin descanso,
porque eso es todo: la cuestión es ésa
¿De qué, decís? De vino, de poesía,
de virtud, de entusiasmo, de belleza;
a vuestra voluntad, pero embriagaos,
que la embriaguez es la luz de la existencia.
El paraíso de los escritores ebrios
Marta Herrero Hil
A día de hoy, me sigue pareciendo una de las poesías definitivas.
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